Un documento de riqueza increíble

Empecé esta aventura con mucha suerte. El registro civil de Azagra (ciudad natal de mi abuelo) se incendió en buena parte, sin embargo, el libro con el registro de nacimientos entre 1888 y 1906 (nació en 1889), se salvó del incendio. El acta de bautismo reveló información muy valiosa. Son doce renglones escritos de puño y letra por el propio párroco de la iglesia en un precioso español antiguo, en desuso por estos días, con inusual cuidado y educación, escueto, simple y claro, correcto, preciso, cortés. "Yo, el infrascrito, Presbítero Cura Párroco Ecónomo de esta del Salvador de la Villa de Azagra, bauticé solemnemente a un niño que digeron haber nacido el mismo día a las doce y media de la noche" ... "fue su madrina Elvira Lafuente, natural de Viana y residente en Azagra, a quien advertí el parentesco espiritual y obligaciones y firmé". El Padre Turio Sánchez era por lo visto el responsable total de la Villa de Azagra y además advertía en persona sobre las responsabilidades del madrinazgo. Bautizaban a los bebés a pocas horas del nacimiento -costumbre bastante desvirtuada por estos días-, lo cual muestra el respeto por dicho acto espiritual.
Lo que comenzó como una formalidad para tramitar la ciudadanía, se convirtió en una aventura maravillosa.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por tu opinión.