El Principito II

Durante algún tiempo, siempre que conocía a alguien que me parecía comprensivo o que se trataba de una persona inteligente que sabía lo que veía, le enseñaba mi primer dibujo. Pero todos me decían lo mismo: "es un sombrero". Con los años conocí a muchas personas adultas, pero mi opinión acerca de ellas no mejoró en absoluto. Dejé de enseñar mis dibujos y jamás volví a hablar de boas constrictor, elefantes o estrellas. Poniéndome a su altura, les hablaba de golf, dinero, política y corbatas y así todos se sentían complacidos de conocer a un hombre tan razonable. De modo que he vivido solo sin tener a nadie con quien hablar.
Antoine de Saint Exupèry